1. MARTA SERRANO, es coach terapeuta. Aunque antes de ello trabajó como administrativa, secretaria de dirección y educadora infantil. Fue a partir de una serie de experiencias de vida que dio un giro a su vida. Se fue a vivir a la Costa Brava e inició su propio camino del autoconocimiento.
Marta, ¿Qué disciplinas y técnicas estudiaste para ayudarte a ti misma y convertirte en una coach terapeuta?
Después de estar mucho tiempo en terapias psicológicas, acompañamientos terapéuticos con coaches y leer mucho sobre desarrollo personal, empecé a interesarme en la psicología positiva y decidí ponerme estudiarla porque la visión me encantó. Se basa más en el hoy y en el mañana, que en lo que pasó en el ayer. Es una visión a futuro. Es una manera de decir que hay esperanza y muchas posibilidades de cambio y avance. Después a raíz de esto, hice un master en desarrollo personal y liderazgo, estudié coaching para poder hacer acompañamientos y para acabar estudié mediación familiar. Se juntaron todas las piezas del puzle de mi vida.
2. Como suele pasar, tu despertar de conciencia fue a causa de una serie de situaciones personales, en su momento tristes y algo trágicas ¿Has ganado la suficiente perspectiva para ahora valorarlas como los auténticos catalizadores para tu transformación personal?
Como siempre digo, esos momentos han sido mis muertes en vida. Caí en lo más profundo, sentía que no servía para nada y que no tenía sentido luchar por nada. En esos momentos me crucé por suerte con un doctor que fue tan claro que un poco más y muero en su consulta. Fue claro, directo y contundente y me hizo ver que o cambiaba yo o moriría, tal cual. Crudo y fuerte, pero fue así. Gracias a esos momentos mi cerebro se activaba y empezaba a espabilar para remontar, como se suele decir como el Ave Fénix.
Ahora agradezco haber pasado por ahí porque sin ellos no estaría ahora mismo donde estoy. Me ha costado muchas lágrimas, días interminables en los que contaba hasta los segundos, mucho trabajo de introspección en el que lo que veía no me gustaba en absoluto, pero lo acepté, acepté mi parte oscura como parte de mí y eso hizo que empezara a no exigirme tanto, a poner límites, a decir que no, a pedir ayuda cuando la necesitaba.
3. Te has especializado en ayudar y acompañar a mujeres que están pasando por su propia “travesía del desierto” ¿Cuál es el primer consejo que les das para que cojan una perspectiva diferente ante las emociones negativas que las invaden?
Lo primero que les diría es que, aunque les digan que son fuertes, que pueden con todo y que son valientes, que pidan ayuda. Las personas intentan animarnos con toda su buena voluntad, pero no se dan cuenta de que no se necesitan ánimos, lo que se necesita ayuda y muchas de nosotras no sabemos pedirla, nos da vergüenza, miedo, o bien no sabemos a quién pedírsela. Puede que para no sentirnos juzgadas o para no hacer un posible daño a las personas
que tenemos más cerca. Decir que hay muy buenos profesionales de la salud mental, que ir a un psicólogo no es estar loco, es tener amor propio, es quererse.
4. Habrás sido testigo en tu trabajo como coach de muchas mujeres bloqueadas por situaciones personales, puesto que estás especializada en acompañamiento a mujeres que están en situación de separaciones o divorcios matrimoniales. ¿Cuáles son los principales bloqueos que impiden recomponer sus vidas?
De entre todos los bloqueos que veo, escogería el no sentirse
capaces de ser felices estando solas. Nos han vendido la película de que para ser felices debemos tener pareja, casarnos, tener hijos y un largo etcétera que nos impide ver que solas somos suficiente.
Muchas de nosotras y me incluyo porque me pasó a mí también, dejamos de lado nuestros sueños y nuestras ilusiones con tal de complacer a los demás, pareja, familia, hijos, amigos por miedo a quedarnos solas. Nos han hecho creer que dependemos de los demás para ser y estar completas, lo típico de la media naranja. Cuando te das cuenta de que estando sola puedes comerte el mundo, es como si volvieras a nacer. Todo lo que pensabas que necesitabas ya no lo necesitas porque ya lo tienes, porque te lo proporcionas tú misma. Y entonces desde ese lugar puedes escoger qué quieres en tu vida y qué no. Eso es el mayor placer. Otro de los mayores bloqueos es el miedo a no saber lo que les depara la vida y a no saber hacia donde ir. Se necesita ayuda para salir de ambos. A veces pensamos que podemos con todo y no es así. Todo el mundo necesita un hombro en el que llorar, un abrazo y una caricia en el alma.
5. El libro que presentas “Seis años, una sentencia”. El título expresa bastante su contenido. Realmente ¿Cuál es el principal mensaje u objetivo de tu libro?
El objetivo del libro fue hacer una terapia personal, debido a que lo que explico en él no lo había explicado nunca con tanto detalle. Sí que había hecho comentarios de que recibía llamadas de alguien que era desconocido para mí, pero me quedaba ahí. No quería preocupar a nadie, aunque me hubiera ayudado emocionalmente era cargar a las personas más cercanas de una preocupación que en aquel momento me pareció innecesaria. Una vez escrito me planteé publicarlo porque sabía que había muchas mujeres que estaban pasando por lo mismo y si el hecho de leer lo que yo conseguí las empujaba a no dejar de luchar por su libertad, pues ya había valido la pena hacerlo. El principal mensaje que me gustaría que llegara es “SE PUEDE”. Desde un principio desde la primera denuncia me dijeron que no me esforzara que era imposible dar con esa persona. Que no lo había conseguido nadie. Mi respuesta fue pues yo lo haré. No sé de dónde saqué las fuerzas para estar seis años detrás sin descanso, sin pausa, sin vida, sin libertad, bueno creo que la fuerza me la daba el hecho de tener una hija a la que no quería que le pasara lo mismo. Por lo tanto, el mensaje es ese, aunque te digan que no vas a ser capaz, que es imposible, que no lo conseguirás, demuestra que están equivocados y hazlo.
6. ¿Consideras que a pesar de que legalmente las mujeres tenemos los mismos derechos que los hombres, a efectos prácticos y culturales aún se dan discriminaciones sociales, incluso legales?
Queda tanto trabajo por hacer que decir que tenemos los mismos derechos, para mi es negar la realidad. Para ponerte un ejemplo, en seis años de acoso, vejaciones y amenazas, ni una sola vez fui atendida por otra mujer. ¿Te imaginas tener que explicarle a un hombre con todo detalle las vejaciones que está haciendo otro hombre mientras tú escuchas al otro lado del teléfono?, la vergüenza y el asco que ya se han apoderado de ti por lo que te está pasando, se multiplican porque la situación es surrealista. Crees que no te van a entender por el simple hecho de ser un hombre, se va a pensar que te lo estás inventando, que eres una exagerada y mil pensamientos más que se te pasan por la cabeza en ese momento.
Hoy en día hay más servicios de atención a las víctimas en los que hay más mujeres, pero yo te hablo de los seis años que pasé yo. Y ni una sola vez me atendió una mujer y tengo que decir que hubiera sido mucho más fácil para mí. Vivimos en una sociedad todavía muy machista y queda un largo recorrido para poder decir que tenemos los mismos derechos. Se han conseguido cosas importantes en cuanto a leyes como la custodia compartida en las separaciones ya que los hijos no tienen la culpa de que sus padres hayan tomado la decisión de separarse, se han conseguido cambios en leyes como la de violencia de género que todavía tienen que mejorar, pero queda muchísimo trabajo por hacer.
7. ¿En qué puede ayudar el contenido de tu libro a una lectora que esté pasando por una situación de separación o divorcio?
Aunque el libro no está destinado a las separaciones, conozco muchos casos en que las mujeres se sienten acosadas por sus exparejas, exnovios, exmaridos. El libro es una muestra de que, aunque pensemos que la situación puede con nosotras, que estamos en un agujero del que no podemos salir y que sea un momento horroroso, debemos ser conscientes de que hay gente dispuesta a ayudarnos a que todo eso deje de ser una pesadilla, gente especializada, gente de mente abierta que te puede entender, gente que ha pasado lo mismo que tú y gente capaz de escucharte sin juzgar. Sé que muchas mujeres no saben el potencial que tienen dentro y lo que pueden llegar a conseguir. Tengo mujeres en consulta que han cambiados su mirada a la vida, sus miedos, sus objetivos, son muy grandes, hacen unos trabajos enormes para sentirse libres y lo han conseguido y lo están consiguiendo. Llegan sintiéndose pequeñas y se van sintiéndose libres, enormes. Y eso para mí es mi “sueldo”. Me encanta ver cómo van solas y se comen el mundo. Ya no dependen de otra persona para sentirse bien.
Agradecemos a Marta Serrano su entrevista y le deseamos mucho éxito tanto a nivel profesional como personal.