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Entrevista a la autora Raquel Marcus-Finckler

por objetivomasletras21
escritora Raquel Markus Finckler

En esta ocasión nuestro foco de atención lo ponemos en Venezuela, justamente en la periodista, autora, poeta y editora de libros y textos Raquel Markus-Finckler. En una de sus citas destacadas de su cuenta de Instagram recoge una de Virginia Woolf: “Si no cuentas tu propia verdad, no puedes contar la de los demás”.

Raquel ¿Eres consciente de que en esta entrevista te has entregado a la verdad, y solo la verdad sobre tu trayectoria profesional y literaria? (entre risas)

Respuesta: Primero definamos el significado de la palabra “verdad”, pues lo que es cierto para mí, no necesariamente lo es para ti o para el lector de estas líneas. La verdad absoluta no existe. Lo que existe es una visión de ella muy particular que tiene cada uno de nosotros sobre el mundo que nos rodea. En todo caso, mi compromiso es el de tratar de compartir “mi verdad” de la manera más honesta y abierta posible.

Bromas aparte, Raquel Markus-Finckler tiene en su haber varios libros publicados y ha sido finalista en distintos concursos literarios internacionales de Venezuela, Argentina y España. Empecemos por el principio ¿Quién plantó en ti la pasión por las letras y en qué momento de tu vida tienes claro que la misma va a girar alrededor de los libros y la escritura?

Respuesta: Uyyy, esa es una historia que me remonta a mi infancia. Comencé a escribir poesía a los 9 años. No sé por qué lo hice. Supongo que me gustaron las poesías que leían en los libros del colegio y de mi casa, y solo quise imitar aquello que me gustaba. El detonante fue la muerte de mi abuelo materno. Luego le fui tomando el gusto a escribir poesía, y mi colegio también. Cada vez que había una conmemoración o una celebración que realizar por medio de un acto en la plaza central, allí estaba yo recitando un poema de mi autoría.

Leer fue siempre el mayor de mis pasatiempos, de mis gustos y de mis pasiones, también era mi refugio (supongo que no seré la única escritora que proviene de un hogar disfuncional). Leí mucho, me atrevería a decir que demasiado, después de todo, no tenía supervisión. Leí cosas que no tenían nada que ver con mi edad. A los 12 años, además de todos los libros de Julio Verne, también tenía en mi haber “La Dama de las Camelias”, “Cumbres borrascosas”, “La divina comedia”, “El pájaro espino” y alguno que otro de Stephen King… si caía en mis manos, me lo leía. Ahora soy más selectiva con lo que le meto a mi mente y en mi alma.

Supongo que no pensé en escribir como un medio de vida hasta que me tocó elegir una carrera universitaria. Me fui por Comunicación Social, mención periodismo impreso, y así definí que, de algún modo, mi talento podía adaptarse a mi forma de ganarme la vida. Del periodismo a la escritura profesional fue solo un paso.

Desde los 9 años hasta ahora, no he dejado de escribir poesía, pero vamos a ser realistas, es imposible vivir de escribir poesía. Es necesario diversificarse, ampliarse y explorar otras formas de la palabra. Creo que uno no decide ser escritor, es algo con lo que se nace. Luego, por supuesto, hay que dedicarse a aprender, pulir el talento, leer mucho y escribir mucho. La escritura es un tipo de arte, pero tiene mucho de oficio.

Ni la narrativa ni la poesía se te resiste ¿Tienes un momento o una etapa de tu vida para cada género? ¿Con cuál de ellos preferirías que algún día se recordara la obra literaria de Raquel Markus-Finckler?

Respuesta: Esencialmente soy una poeta. Cuando hago prosa, en ella se nota de alguna manera la poesía que vive y late dentro de mí. La poesía, la que leo y la que escribo, me ha acompañado a lo largo de toda mi vida como ser consiente. Algunas veces, me ha salvado, otras veces, me ha condenado. Siempre ha sido mi compañera de viaje. La poesía permite decir cosas que la narrativa no logra expresar.

Durante toda mi vida como profesional, incluso mientras estudiaba, he podido vivir de lo que escribo, al principio como periodista, más adelante, como escritora profesional y productora de contenido. Mi carrera como escritora profesional y como periodista me ha dado muchas y grandes satisfacciones, me ha permitido publicar. Gracias a ello soy una escritora realizada. Hay libros físicos que llevan mi nombre como autora y eso que me llena de satisfacción y orgullo. Hay cientos de artículos firmados por mí tanto en material impreso como digital. Creo que ha través de ellos, de alguna manera, logro trascender.

El ego de escritora no es algo que ha marcado mi obra literaria. Quiero ser importante y trascendente en la vida de las personas que amo y que me aman. Quiero educar a mis hijos como seres humanos íntegros que sean capaces de ser empáticos, de ser consientes, de ayudar, de crear un impacto positivo en las personas que los rodean. Quiero ser importante para ellos, quiero dejar huellas profundas en su vida. Quiero que, si me voy primero, mi esposo me recuerde con amor y cariño. Quiero que sienta que de alguna manera mejoré su vida y que juntos logramos ser felices.

Lo que suceda con mi obra literaria, una vez parta de este mundo, no es algo que dependa de mí, ni algo a lo que le dedico mis pensamientos ni mi tiempo. No permito que el ego me defina, defina lo que hago o defina a qué me dedico. Como recuerden los demás mi obra literaria depende más de ellos, que de mí.

Para quien no conozca aún tu obra poética ¿Cuáles de tus libros recomendarías y por qué crees que tus versos gozan de una originalidad con personalidad propia?

Respuesta:

No he publicado ningún libro de poemas hasta ahora. Pienso que hay más escritores que lectores de poesía. Lo que es una verdadera lástima, pues creo que la poesía causa más impacto en las personas que la prosa, pues de alguna manera los toca, los mueve por dentro, lo hace sentir, puede llegar a cambiarlos.

He colaborado como poeta en antologías colaborativas, en redes sociales, en medios de comunicación (radio, televisión, prensa, revistas), en plataformas virtuales, he recitado poesía en actos conmemorativos, en eventos virtuales, por medio de creaciones audiovisuales, participando en certámenes literarios en los que he logrado algunas distinciones, por medio de mi perfil de Instagram y con otras fórmulas creativas. He declamado poesía en actos públicos tanto de manera presencial como de manera virtual.

Trato de llegar a la gente, trato de que mis poemas alcancen sus vidas. No creo poder llegar a ellos por medio de un libro de poemas que tengan que comprar o adquirir en una librería o en una aplicación de Internet. Quiero que mi poesía les llegue sin que tengan que salir a buscarla. El esfuerzo lo tengo que hacer yo, no ellos.

¿Qué distingue mi voz poética?, que me desgarro cada vez que escribo, que abro mi alma con un cuchillo para sacar de ella lo más profundo, lo más sincero, lo más honesto que tengo para compartir. No me oculto en mis poemas, al contrario, me desnudo en cada uno de ellos. Por medio de mis poemas he exorcizado mis demonios internos, he curado mis heridas, he superado mis crisis existenciales, he reflejado el amor más profundo, me he realizado como mujer, he explorado mi sensualidad y mi sexualidad, he sido loba herida, he sido fuego, rocío, primavera e invierno. Quien lee mi poesía, leerá mi alma tal cual es. Con lo bueno, con lo malo, con mis luces, con mis sombras. Con mis placeres y mis tormentos. Con lo que me salva, pero también con lo que me condena.

¿Qué me distingue como poeta? Que soy condenadamente valiente, que soy desafiantemente honesta, que voy a provocar, que voy a seducir, que me expongo y me descubro ante el lector, trato de que mi voz lo “toque”, y que incluso, si él lo permite, que lo cambie.

Explícanos brevemente qué acontecimientos humanos e históricos te conmueves suficientemente para inspi
rarte en un nuevo proyecto literario.

Respuesta:

Mi último libro de poemas, que no está publicado, se llama “Escribir para existir”. Está inspirado completamente en la pandemia que el mundo comenzó a sufrir a principios del año 2020 y que sigue afectando nuestras vidas a finales del año 2021. Me enfermé de Covid y me sentí muy mal. El post Covid me dio aún más duro. Afectó definitivamente mi estado general de salud, mi calidad de vida, mi rutina y mi trabajo. Demasiados cambios en tan poco tiempo. Todavía no sé si fueron para bien o para mal, pero sigo sin recuperarme del impacto.

¿Qué le agradezco a la experiencia?, que además de inspirarme para escribir mi último poemario, también me animó a aventurarme con mi primera novela. Gracias lo que sufrí debido a la pandemia, a la enfermedad y a la manera que ambos afectaron mi vida y la de mi familia, surgió en mí la necesidad de plasmarlo de alguna manera. De allí surgió la idea que me ha llevado a escribir “El lado oscuro de la luna. El verdadero génesis de la humanidad”. Una historia de ciencia ficción en dos libros. Recién ahora estoy terminando el primero de ellos. Me queda por delante todo el proceso de revisión corrección, reedición y un largo etcétera. Creo que los escritores pasamos más tiempo corrigiendo nuestras obras que escribiéndolas.

Quizá la obra que te ha llevado más tiempo de investigación y redacción ha sido “Una familia, dos países. La saga de la familia Yecutieli Cohen”, basado en hechos reales, en la que eres coautora junto con Samy Yecutieli, que imaginamos es la persona que ha aportado los documentos biográficos, hemerográficos y fotografías en que se basa esta historia de superación personal. ¿Cuánto tiempo os ha llevado documentaros y escribir esta obra? ¿Qué ha significado este proyecto para ti a nivel personal y profesional?

Respuesta:

Este libro muestra la saga de la familia Yecutieli Cohen tal cual la vivieron y contaron sus protagonistas y descendientes, a eso le sumamos la historia de los países entre los que se desarrolla la historia de esta familia, Persia, Venezuela e Israel, países que sirven de marco histórico, social, geográfico y demográfico para la historia de esta familia en particular.

Samy Yecutieli Bicaco es el gestor, impulsor y promotor de este proyecto, yo lo acompañé en lo que fue la creación, diseño y edición del libro y, por supuesto, en la investigación previa, pero su trabajo es mucho más amplio y complejo. Se dedicó a promocionarlo por medio de conferencias, charlas, entrevistas, presentaciones, reuniones y contactos personales e institucionales. Una proeza de relaciones públicas muy necesaria para difundir esta obra. La investigación y redacción del libro tomó unos cuatro años. La promoción comenzó en el 2008 y continúa hasta ahora.

En lo personal, me llevé una experiencia única de aprendizaje, crecimiento, madurez y una tremenda prueba para mi fuerza de voluntad, así como el desarrollo de una metodología que puede ser aplicada en la investigación y redacción de cualquier historia familiar y genealógica. Aprendí mucho como escritora profesional, crecí mucho como persona. Todo fue parte del proceso, hay que aprender a ser constante, a no rendirse, a automotivarse, a superar obstáculos, y a pedir ayuda y apoyo cuando es necesario.

Este proyecto me abrió puertas. El resultado de este trabajo fue tan positivo, que habló por si solo sobre mi capacidad, talento, disposición y de mi dedicación como escritorio profesional. Gracias a ello pude conseguir contratos para desarrollar, crear y escribir otros libros, guiones de documentales, contenido para redes sociales y páginas web, así como otro tipo de productos creativos basados en la investigación histórica.

 “Una familia, dos países. La saga de la familia Yecutieli Cohen” ¿ha contado con apoyo institucional de algún tipo para su publicación y promoción? Porque no cabe duda de que, de alguna manera, era poner de relieve como Venezuela acogió en su momento una segunda religión, la judía, con la que aún convive en estos tiempos. Una hermandad que debería ser ejemplo para otros muchos países.

Respuesta:

La impresión de este libro fue posible gracias al patrocinio de la Gobernación del Estado Aragua, Venezuela, en el año 2008. Además, el libro contó con el auspicio de las siguientes instituciones: Cámara de Economía Venezolana Israelí (CEVI), Espacio Anna Frank, Comunidad Judía de Venezuela Vaad Hakehilot, Embajada de Israel en Venezuela, Instituto Cultural Venezolano Israelí (ICVI) y la Asociación de Genealogía Judía de Venezuela.

Venezuela siempre ha sido considerado el país de los brazos abiertos. No se podría decir que hubo una presencia muy importante de judíos en Venezuela, incluso en su máximo esplender, la comunidad judía llegó a tener 20 mil miembros; un número que no podíamos considerar muy significativo con respecto a sus 30 millones de habitantes. Comunidades que tienen mayor presencia, incluso hoy en día, son las de los españoles, portugueses, italianos, colombianos, ecuatorianos y de otros países de América Latina que durante un tiempo fueron más pobres que Venezuela.

Las cosas han cambiado mucho desde ese entonces hasta ahora, en este momento son los venezolanos los que emigran y se estima una diáspora venezolana de unos 6 millones de personas. Me gustaría decir que mis compatriotas fueron acogidos en sus nuevos países de residencia con la misma apertura, cordialidad y amabilidad con las que por décadas aceptó e integró la emigración de muchos emigrantes que llegaron a Venezuela en búsqueda de una mejor vida y de mejores oportunidades. Sin embargo, hay muchas historias que hablan de la xenofobia que viven los venezolanos que emigran. Espero que las cosas cambien para ellos, pues emigrar es muy duro. El pueblo judío lo sabe muy bien. Fuimos un pueblo emigrante durante milenios. Afortunadamente hoy tenemos un país que nos recibe y nos ampara: el Estado de Israel.

Venezuela, en su versión de los años cincuenta a finales del siglo XX debería ser cátedra y ejemplo para el mundo entero. Un país abierto, amable, compasivo, receptivo, generoso… tal como lo es su naturaleza y la naturaleza del pueblo venezolano.

Para quien no haya leído este libro aún, además del considerable trabajo biográfico que habéis tenido, ¿qué destacarías que aporta como obra literaria?

Respuesta:

Yo destacaría el delicado equilibrio que existe entre el manejo de la historia familiar y el marco histórico / geográfico en el cual se maneja la historia de los dos grupos familiares en los que se desarrolla la vida de sus integrantes. Es difícil mantener ese equilibrio, el cual es necesario para que un lado no termine por opacar o relegar al otro. La narración es interesante y no se hace pesada ni aburrida. Tiene gran cantidad de imágenes: fotos, recuadros, mapas, guías… que hacen más ligera la lectura y enriquecen mucho el contenido. Es un libro que tiene un diseño único, muy artístico, agradable y elegante. Me encanta el resultado de esta obra.

Llevas décadas escribiendo artículos para el Nuevo Mundo Israelita, seminario al servicio de la comunidad judía en Venezuela. Es evidente que la cultura abre la mente. ¿Consideras que las consecuencias de la actual pandemia global pueden contribuir en corto plazo en una mejora de las comunicaciones entre las diferentes fes religiosas?

Respuesta:

Hay que diferenciar entre información y comunicación. La información se da en una sola vía. Alguien emite data y alguien la consume. La comunicación requiere de la doble vía. Un emisor y un receptor intercambiando información en iguales condiciones. Las redes sociales no han aumentado los canales de comunicación, lo que vemos en ellas es un exceso de información, y ya, a
estas alturas del partido, lo real se mezcla a partes iguales con lo falso. Hoy en día, hay fuentes que se  dedican a la producción de “fake news” y no creo que tanta información falsa circulando produzca apertura real entre grupos que piensan, sientes y creen de manera diferente. Al menos eso es lo que he podido apreciar con mi visión única y particular.

Para lograr una real comunicación, un real entendimiento y una apertura auténtica hace falta el encuentro y la comunicación que se dan de manera personal, íntima, incluso presencial.

Creo que la pandemia solo ha intensificado lo que ya existía previamente. La gente buena, abierta, generosa, solidaria y pro-coexistencia ha estado más activa, más al servicio de los demás, haciendo más por y para el otro. Por el otro lado, los promotores de la xenofobia, del odio, de la disparidad social, étnica, religiosa y ideológica también han estado muy activos. Todo se ha intensificado en pandemia, tanto lo bueno como lo malo.

Claro que la cultura abre la mente, pero para ello tienes que acceder a ella, tienes que poner de tu parte para poder consumir material que te aporte algún tipo de valor entre tanta información falsa, superficial, negativa y degradante para el ser humano que es tan accesible por medio de la web.

Has quedado finalista en multitud de certámenes de poesía en Venezuela, Argentina y España ¿Aún siguen siendo estos concursos literarios el trampolín al reconocimiento o esta relevancia ha pasado al poder de influencia en redes sociales?

Respuesta:

Sigo participando en concursos. De alguna manera me motivan a mantenerme activa, pendiente de las tendencias actuales, me permite comparar mi trabajo con respecto a lo que hacen otros autores. Creo que son una oportunidad para tratar de ser mejores escritores, de producir material con mayor calidad, de llegar con mayor profundidad a un mayor número de personas. Los concursos literarios permiten la promoción de la labor cultural y yo los apoyo completamente.

Las redes sociales son un mundo muy complejo. A los productores de contenido de calidad nos resulta muy difícil competir con los grandes “influyentes”, con los “grandes productores” de tendencias, modas y material consumible de manera rápida y masiva. Los jóvenes se sienten más tentados a ver reels y videos de Tik Tok que a leer y tratar de entender la poesía. Nos es una competencia pareja, y por supuesto, los escritores perdemos esa carrera incluso antes de iniciarla.

No sé qué tipo de generaciones estamos gestando, qué tipo de personas serán las que gobiernen el mundo en el futuro si la actual juventud sigue por el camino que parece estar tomando… me hace mucho pensar en Albert Einstein que una vez dijo “no sé cómo será la tercera guerra mundial, solo sé que la cuarta será con piedras y palos”.

En tu Instagram te presentas también como escritora creativa. ¿Qué trabajos sueles hacer en este sentido? ¿Creas contenidos? ¿Ayudas en creación de mensajes publicitarios?

Respuesta:

Realizo producción de contenido para redes, también hago producción de podcast y soy escritora profesional, es decir, estoy abierta a recibir contratos para escribir libros bajo demanda. No soy publicista. Soy Comunicadora Social. Los comunicadores buscamos una comprensión más integral de aquello que tratamos de transmitir para dejar huellas, para impactar, para humanizar nuestros mensajes. No es la vía más fácil, ni la más rápida. Vendemos fondo más que forma. Pero hoy en día, el consumo de productos es mucho más superficial, por lo que a aquellos que se dedican a la publicidad, el diseño y el mercadeo les va mucho mejor y tienen más trabajo que los productores de contenido. Es una competencia muy complicada, pues no todos entienden a qué nos dedicamos los productores de contenido y los escritores creativos, pero aquellos que saben reconocer la diferencia, quedan muy contentos con los resultados.

Parece que vamos hacia un mundo significativamente tecnológico ¿Crees que las letras aún tienen futuro? En tu imaginario ¿cómo ves el futuro de la literatura?

Respuesta:

Si hay algo que tiene el futuro garantizado es el arte, la literatura y la cultura. Lo inefable, lo etéreo, lo intangible, lo espiritual no es un área que pueda ser suplida por la tecnología, la inteligencia artificial y la robótica. El alma humana no puede ser tecnificada.

Creo que aquellos que nos dedicamos a trabajar con el espíritu humano siempre seremos necesarios en las sociedades, lo fuimos en el pasado, lo somos en el presente, y no tengo ninguna duda de que seguiremos siendo relevantes en el futuro. Las sociedades siempre necesitan las voces de la conciencia, las voces de la reflexión, de la inspiración, de la conexión, del sentido, el sentimiento y la emoción… todo eso puede ser encontrado única y exclusivamente en el mundo de la cultura. A fin de cuentas, la cultura es el cultivo del espíritu humano.                                                                                              

A raíz de la pregunta anterior ¿No te parece significativo que en un mundo tan tecnológico justamente la producción de la poesía crezca y las nuevas generaciones se sientan atraídas por ella?

Respuesta:

Creo que al final, mucha gente termina por sentirse vacía con tanto consumo de productos superficiales, inmediatos, fugaces y poco significativos… Creo que se quedan con la sensación de que les hace falta algo más profundo, importante, trascendente,

incluso humano. Eso es lo que ofrece la buena literatura… conexión, identificación, te sacude, te despierta, te pone a sentir… no te aturde, no te empalaga, no te encandila… Por eso hay gente que consume poesía, quiere despertar, quiere sentir, quiere moverse, quiere intensidad, quiere llegar al alma humana, a la propia, a la del prójimo…

La poesía es un lazo entre almas, cuando la entiendes a plenitud, de alguna manera sientes el alma de otro ser humano, y eso es toda una experiencia, algo que no te ofrece la tecnología ni los productos de consumo masivo. La poesía es íntima, es personal, es algo que se vive en la psique del que la escribe y del que la lee.

¿Estás trabajando ya en algún nuevo proyecto literario o al menos tienes la semilla de una buena idea?

Respuesta:

Si, si y sí. Estoy trabajando tres productos literarios al mismo tiempo… La pandemia me puso muy productiva.

El primer proyecto es un libro de poesía llamado “Escribir para existir”, inspirado completamente en lo que viví y sentí a nivel personal cuando enfermé de Covid y cuando algunas personas que yo quería mucho fallecieron a causa de esta terrible pandemia. Al final de estas líneas les comparto el poema que me inspiró el nombre del poemario.

El segundo proyecto es mi primera novela, está en el medio entre la ciencia ficción y la fantasía, se llama “El lado oscuro de la luna. El verdadero génesis de la humanidad” y la idea es que sea una bilogía de una saga que he llamado “El laberinto de Ariadna”. Se trata de lo que pasa con una familia de tres: Xaylon, Aria y Ariadna un año después de que reciben un tratamiento muy particular para curarlos de un “virus chino” que amenaza la existencia de la humanidad (cualquier parecido con la realidad no es mera coincidencia) y la forma en que esa familia se va a involucrar con los “colaboradores” que les dieron esa fórmula para ayudar a la humanidad a pelear una guerra de la que no saben nada, y que hasta el momento van perdiendo. No les adelanto más, pero es un proyecto que me tiene muy emocionada y en el que he invertido mucho tiempo, esfuerzo y dedicación.

El tercer proyecto es la reedición de una historia familiar que ya es
taba lista para publicarse, pero que se decidió apalancar con más información histórica, geográfica e incluso familiar que se ha ido encontrando con los años. Es un proyecto que estoy trabajando, nuevamente, junto a Samy Yecutieli, en este caso estaremos abordando la historia de su familia materna, de apellido Bicacho, que se desarrolla entre el Imperio Otomano, la república turca, Venezuela e Israel. El libro se llama “Los hijos judíos de Estambul” y, en teoría, debería estar listo para finales del año 2022.

ESCRIBIR PARA EXISTIR de Raquel Markus – Finckler

Escribir para existir

para dejar huellas en la nieve

para saber que estuve viva

y poder llorarme si me voy.

 

Escribir como una excusa

como oda a las musas

como ofrenda al sol.

 

Escribir a pesar de la luna

a pesar del silencio

a pesar del dolor.

 

Escribir en forma de lamento

mientras ardo en un incendio

mientras me alcance la voz.

 

Escribir en forma de grito

rompiendo el deseo

venciendo al león.

 

Escribir para no ser pasajera

y tener la certeza de ser lo que soy.

 

Escribir

para partir y quedarme

para romperme y armarme

para cerrar la ecuación.

Desde OBJETIVO MÁS LETRAS deseamos a Raquel Markus-Finckler que su vitalidad la siga acompañando por muchos años más, porque su capacidad de investigar, redactar, editar e hilar versos es infinita.

Una familia, dos países. La saga de la familia Yecutieli Cohen está disponible en

Tengo el libro en pdf y puedo compartirlo libremente con quienes me escriban un DM a mi Instagram @escritora.creativa Cuando me escriban, por favor, incluyan una dirección de mail y con gusto se los haré llegar. Lo estamos distribuyendo de manera gratuita, pues todos los costos ya fueron cubiertos por su principal patrocinante.

También los invito a ver en YouTube de un documental sobre las conferencias sobre lo que fue la investigación, producción y promoción de este libro, lo cual ha sido responsabilidad de Samy Yecutiely, e incluye algunas conferencias sobre este libro que ha dictados en la Universidad Hebrea de Jerusalem, la Universidad de Tel Aviv, el IESA, y el club Hebraica entre otros. Soy la guionista de este breve documental, así que puedo garantizarles que es verídico y además muy ligero. Les recomiendo mucho que lo vean para que entiendan la verdadera dimensión de este trabajo.

https://www.youtube.com/watch?v=9EhLq8Jr4KQ&authuser=0

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